Testimonio de provida.

Van varias veces que, algunos miembros del equipo de JPIC, aquí en el Paso, Texas, U.S.A. y otros fieles de nuestra parroquia de Guadalupe, hemos participado en campañas por la vida en coordinación con el equipo diocesano. La última vez fue el 17 de Febrero de 2010, miércoles de ceniza. Una persona, decidida a abortar, fue abordada por la coordinadora de Pro Vida, junto con un colaborador suyo, que es el que nos informó de este suceso. Cuando llegamos, nos dijeron que hiciéramos oración por una muchacha que estaban convenciéndola para que no abortara. Al darse cuenta de que estábamos ahí orando por ella, aproximadamente cincuenta fieles y dos sacerdotes, distribuidos en varios grupos, sucedió algo maravilloso en su toma de decisión. El señor Miguel Ángel, quien, con la coordinadora trataban de convencerla para que no abortara, nos comunicó que le habló luego por teléfono para platicarle su problema. Entre otras cosas, le dijo: “Tengo 12 semanas de embarazo y ya siento a mi bebé que se mueve; es mi primer bebé. Mi cuñada es la que pagó y estaba programado para que lo mataran a las 8:30 a.m. Cuando estaba sentada en mi carro, vi a ustedes dos por el espejo, que oraban y me parecían un par de ángeles, entonces sentí alivio e iluminación. Una de las enfermeras, que actuaban como guardias de seguridad se me acercó y me dijo: -“¡no les pongas atención a esa gente!, ¡vente conmigo adentro de la clínica!; ¡eso que traes, es una carga para ti!"-. Luego dijo que vio a un sacerdote vestido como San Francisco y a personas conocidas, que le recordaron a una de las Iglesias a la que ella asiste. Que al ver al sacerdote franciscano, la hizo pensar que tenía que ir a ponerse la ceniza. Fue entonces que dijo: "Yo no le puedo hacer esto a mi bebé". Dice el señor Miguel que le preguntó si sabía cuanta gente estaba rezando por ella y su bebé, y que si sabía cuántas eran de Guadalupe. Dijo que ella no sabía, que se dio cuenta hasta que se estaba retirando. Nosotros la vimos salir y voltear su vista llorosa hacia donde estábamos. La saludamos con la mano diciéndole "Bye" , y gritamos, saltando de gozo, porque vimos cómo Dios triunfaba contra el mal.
Nosotros sólo estábamos orando con mucho entusiasmo, a pesar de los claxonazos e insultos que nos echaban algunos, con todo y policías que llamaron. Por cierto nos dijeron que, lo que hacíamos, estaba permitido, sólo que teníamos qué caminar de un lado a otro, según la ley. Por supuesto que inmediatamente lo hicimos así. Para nosotros fue mucho mejor, pues nos encontrábamos un poco entumidos por el frío. No nos dimos cuenta de lo que estaba pasando hasta que el señor Miguel Ángel explicó, un día después, lo acontecido en la página de internet de pro vida: elpasoprolife.blogspot.com. También pueden ver más fotos en la página web:
www.40daysforlife.com/elpaso, entrando a facebook que ahí señala. Es aquí en donde vuelve a resonar la alabanza de la Virgen María: "El Señor ha hecho grandes maravillas..., su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles..." (san Lucas 1,49.50) y nosotros nos unimos a su alabanza. Según datos estadísticos, en la última campaña fueron salvados ¡34 bebitos! ¡12 de los cuales fueron rescatados en los centros de ayuda a la mujer embarazada en El Paso! También se notó una dramática reducción en vehículos procedentes de Ciudad Juárez, Chihuahua. Solo vimos 15 autos de Juárez y esto es un verdadero milagro, puesto que en tiempos anteriores se veían ese número de autos de Juárez en menos de una semana. ¿Podrían ser las oraciones por la paz en Juárez que la violencia contra los más inocentes de Juárez se redujo tan dramáticamente?. Porque la violencia, no sólo es entre narcos y militares, empresarios y comerciantes, sino también contra los niños inocentes que en gran número son asesinados en México como en U.S.A. JPIC invita a que, con nuestras oraciones y ayunos, nos unamos todos, en cualquier lugar que estemos, a las campañas por la vida, haciéndonos presentes en esas clínicas de muerte, para que con la ayuda de Dios, sigamos luchando en pro de la vida.