A la sombra de Dios, anonadada,
te pliegas a su sabia voluntad,
aceptas tu Pasión con humildad
en torre de David fortificada.
Alcázar de Sión eres llamada,
das valor en tu gran debilidad,
gracia en tu virginal maternidad,
refugio al pecador en tu morada.
Suplicas comprensión por tus desvelos,
tus pesares y tu melancolía,
al Padre que halló en ti su complacencia.
Él conoce tus místicos anhelos
de estar siempre en su amante cercanía,
de vivir a su lado, en su presencia.
Autora: Emma-Margarita R. A.-Valdés
Del libro "Antes que la luz de la alborada, tú, María"
Amèn!!
ResponderEliminarMi Hermosa Madre!!!
ResponderEliminarGracias
Un abrazo.
María Hermosa entrada te deseo buena semana.
ResponderEliminarUn cordial saludo de…
Abstracción textos y Reflexión.