martes, 11 de febrero de 2020

Misa miércoles 12 de febrero 2020

MIÉRCOLES 12
Verde Feria, Misa por los familiares y amigos MR, p. 1152 (1144); Lecc. I, p. 595
Otros santos: Melecio de Antioquía, obispo; Julián "el Hospitalario", penitente; Eulalia de Barcelona, mártir.

LA REINA DE SABÁ Y LOS FARISEOS
1 Re 10,1-10; Mc 7,14-23

Cada uno de los relatos nos refiere un encuentro donde aparecen personas que conversan y dialogan. En el libro de los Reyes, la reina de Sabá plantea cuestiones enigmáticas al rey Salomón, que según el narrador resuelve con facilidad. El encuentro aproxima y enriquece a ambos participantes. En cambio, el Evangelio de san Marcos nos presenta una discusión entre Jesús y sus discípulos. Ellos siguen atrapados en la visión estrecha, imaginan que las reglas de pureza externa son inflexibles para vivir justamente a los ojos de Dios. Jesús por su parte, les ensancha la mirada y les advierte. que todas las acciones decisivas de la vida de una persona nacen de su corazón. Agresividad, resentimiento y muchas otras actitudes perversas se incuban en el interior del ser humano y lastiman a quienes interactúan con nosotros.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 121, 6. 8
Digan de todo corazón: Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman. Por mis hermanos y compañeros voy a decir: la paz contigo.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que, por gracia del Espíritu Santo, infundiste en los corazones de tus fieles los dones de tu amor, concede a tus siervos, por quienes imploramos tu clemencia, la salud de cuerpo y alma, para que te amen con todas sus fuerzas y cumplan con amor lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo ...

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La reina de Sabá comprobó la sabiduría de Salomón.
Del primer libro de los Reyes: 10, 1-10
En aquellos días, la reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón y quiso cerciorarse personalmente de su sabiduría, haciéndole algunas preguntas sutiles.
Llegó, pues, a Jerusalén con una gran caravana de camellos cargados de perfumes, oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de Salomón y le hizo al rey las preguntas que había preparado. Salomón respondió a todas, de modo que no dejó de contestar ni la más difícil.
Cuando la reina de Sabá comprobó la sabiduría de Salomón y vio el palacio que había construido, los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte y los vestidos de sus ministros, sus coperos y los sacrificios que ofrecía en el templo del Señor, se quedó maravillada y dijo al rey: "De veras es cierto lo que en mi país me habían contado de ti y de tu sabiduría. Yo no quería creerlo, pero ahora que estoy aquí y lo veo con mis propios ojos, comprendo que no me habían dicho ni la mitad, pues tu sabiduría y tu prosperidad superan todo cuanto oí decir.
Dichoso tu pueblo y dichosos estos servidores tuyos, que siempre están en tu presencia y escuchan tu sabiduría. Bendito sea el Señor, tu Dios, que se ha complacido en ti y que por el amor eterno que le tiene a Israel, te ha elegido para colocarte en el trono de Israel y te ha hecho rey para que gobiernes con justicia".
La reina le regaló a Salomón cuatro toneladas de oro y gran cantidad de perfumes y de piedras preciosas; nunca hubo en Jerusalén tal cantidad de perfumes como la que la reina de Sabá le obsequió a Salomón.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 36, 5-6. 30-31. 39-40.
R/. Rectas y sabias son las palabras del justo.

Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de mediodía. R/.
Rectas y sabias son las palabras del justo. Lleva en su corazón la ley de Dios, sus pasos son seguros. R/.
La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo salva de los hombres malvados. R/.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 17, 17
R/. Aleluya, aleluya.

Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.

EVANGELIO
Lo que mancha al hombre es lo que sale de dentro.

Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 14-23
En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro".
Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. Él les dijo: "¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?". Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.
Luego agregó: "Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Apiádate, Señor, de tus siervos, por quienes ofrecemos este sacrificio de alabanza a tu majestad, para que, por efecto de estos santos misterios, obtengan la gracia de tu bendición celestial y alcancen la gloria de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTIFONA DE LA COMUNIÓN Mt 12, 50
Todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir este divino sacramento, te rogamos, Señor, que a tus siervos, a quienes les concediste que nos amen, les des el perdón de sus pecados, tu consuelo en la vida y tu constante protección, para que, sirviéndote todos con un mismo corazón, podamos gozar juntos de la visión de tu rostro. Por Jesucristo, nuestro Señor.

SAN MELECIO DE ANTIOQUÍA, del griego, "cuidado", "providencia" (381). Obispo. Nació en la extinta ciudad turca de Melitene, en el seno de "una familia que gozaba de buena reputación", fuera de esto, se desconocen otros detalles. En 358 fue designado obispo de Sebaste, Armenia, cargo al que abdicó para llevar vida ascética. Su fama de hombre santo e inteligente le acompañaba y una vez descubierto su refugio, se le nombró obispo de Alepo, Siria. Posteriormente, fue obispo de la ciudad turca de Antioquía (Antakya), donde predominaban los arrianos -herejía de Arrio (256-336) que sostenía que Jesús era un alma excelsa, superior a los ángeles, pero carente de divinidad-, con quienes trató de dialogar y por quienes fue acusado ante el emperador de seguir las doctrinas del heresiarca africano Sabelio (s. III ) (el sabelianismo o monarquianismo, negaba la distinción entre las tres personas de la Santísima Trinidad), por ello, fue desterrado a Melitene; su exilio terminó 31 años después, al morir el monarca en 362. Nuevamente trató de conciliar las disputas entre católicos y cismáticos, por lo que una vez más fue expatriado. Así, entre disputas originadas por los herejes vivió hasta su muerte acaecida en Constantinopla. Su reputación de santidad, sabiduría, humildad y de defensor de la verdadera Fe y de la Iglesia era conocida por la feligresía y por los altos dignatarios eclesiásticos por lo que su muerte provocó dolor en el pueblo y en la Iglesia. El Doctor de la Iglesia, san Juan Crisóstomo (13 de enero), expresó que tanta era la admiración y el respeto que se le tenía que después de su partida al cielo muchos habitantes de Antioquía bautizaron a sus hijos con el nombre de Melecio, y que en las casas era común ver vajillas y otros objetos con la imagen o el nombre del santo obispo. Su culto es inmemorial.

Fuente: Misal Romano y Leccionario.
Imagen de google.

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