¿Por qué te confundes y te
agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas
tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te abandones en mí
todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me
dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus
deseos. Cierra los ojos del alma y dime con calma.
¡Jesús, yo confío en ti!
Evita las preocupaciones y
angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después.
No estropees mis planes,
queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad.
Abandónate confiada mente en
mi. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: Jesús, yo
confió en tí.
Lo que más daño te hace es
tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera.
Cuando me dices; Jesús, yo
confío en tí, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero
le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas
miedo, YO TE AMO
Si crees que las cosas
empeoran o se complican a pesar de tu oración sigue confiado, cierra los ojos
del alma y confía.
Cierra los ojos del alma y
confía.
Continúa diciéndome a toda
hora
Jesús, yo confío en ti.
Oración atribuida al Padre
San Pío de Pietrelcina.
me encanta tu entrada...en eso estoy..en la Confianza!!
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