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domingo, 26 de julio de 2015

Pureza en vuelo


               María, pureza en vuelo,
               Virgen de vírgenes, danos
               la gracia de ser humanos
               sin olvidarnos del cielo.

               Enséñanos a vivir,
               ayúdenos tu oración,
               danos en la tentación
               la gracia de resistir.

               Honor a la Trinidad
               por esta limpia victoria,
               y gloria por esta gloria
               que alegra la cristiandad. 

               Amén.

Fuente: Himno de Liturgia de las Horas, Santa María en sábado.

martes, 19 de mayo de 2015

PRESTAME MADRE



          Préstame Madre tus ojos para con ellos mirar
          Pues si con ellos miro no volveré a pecar.
          Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar,
          Pues si con ellos rezo el Padre me ha de escuchar.
          Préstame Madre tu lengua para poder comulgar
          Pues tu lengua materna es de amor y santidad.
          Préstame Madre tus brazos para poder trabajar,
          Pues así el trabajo rendirá una y mil veces más.
          Préstame Madre tu manto para cubrir mi maldad, 
          Pues cubierto con tu manto al cielo he de llegar.
          Préstame Madre a tu Hijo para poderlo adorar,
          Pues si tú me das a Jesús, ¿Qué otra cosa puedo desear?
          Y esa será mi dicha por toda la eternidad.
Amén

lunes, 8 de julio de 2013

Súplica a la Virgen María.



¡Madre, ayuda nuestra fe!

Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada.

Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa.

Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe.

Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.

Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.

Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.

Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.

Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Autor: Papa Francisco.

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