"Operacion Pollo"

Cuando se quiere se puede. Esta es una historia real, un proyecto que esta en marcha, ¿Que podré hacer en esta Navidad? La creatividad no falta y Luis Alonso es un ejemplo de ánimo creativo.

Esta historia la conocí en internet pero es cerca de mi pueblo de origen, así que investigue y es verdad.

Este es el link donde encontre la noticia 

http://es.catholic.net/buenasnoticias/articulo.php?id=44720

Hace seis años Luis Alonso (“El Core”) recibió de su amigo Isidro (limpiaparabrisas y vendedor de chicles en la Calzada Juárez) una petición poco común: “¿Puedes comprarme un pavo? He escuchado que es muy bueno”. Estaba cerca la fiesta de Navidad. “El Core” no pudo oponerse y al cabo de unos minutos volvió a su amigo con una rica cena navideña.

Con dos piernas de pavo, un pensamiento se hizo camino en la mente de “El Core”. Fue un chispazo, una intuición relámpago, y el estratega halló el nombre: “Operación Pollo”. Entre todas las “operaciones” militares que uno se encuentra en las películas, ésta podría parecer la más inofensiva y menos seria; sin embargo, a diferencia de aquéllas tenía una ventaja considerable: era real. Se proponía algo impensable, casi prohibido: buscaba extender el bien.

Los inicios fueron humildes, como los grandes árboles fueron un tiempo semillas. Ese mismo año (2004) Luis Alonso consiguió 40 pollos para alegrar la cena de Navidad de las familias necesitadas de Morelia (México). Desde entonces a la fecha, la “Operación Pollo” ha sido una reacción en cadena, pues el bien, cuando se le deja vivir, cobra alas y rompe fronteras.

La Navidad pasada sólo en la ciudad de Morelia repartió 4 mil cenas, además de estar presente en 10 ciudades de México y en otras dos de Estados Unidos (Houston y Nueva York, llegando a un total que sobrepasó las 10 mil meriendas) con 540 voluntarios. En no mucho tiempo, se prevé que la “Operación Pollo” se extienda a 50 ciudades de México y a otros 10 países.

“El Core” es consciente de que no ha hecho las cosas solo. “Debo la vida de este apostolado a tres personas: a Isidro, que me dio la inspiración; a Fernando Aguilar por echarme una mano para conseguir los primeros 25 pollos. Finalmente, a Emilia, la novia de un amigo, porque se rió de mí y de mis proyectos, con lo que ¬–sin saberlo– me impulsó a seguir luchando”.

El Director General de la “Operación Pollo” no se considera ningún héroe: “Mi vida era muy superficial. Tenía fama de ‘cholo’, grafitero y de fiestero perdido: comenzaba el miércoles y terminaba el domingo. No me preocupaba lo que pensaran de mí ni lo que sucedía a mi alrededor. Pero Dios me habló a través de la petición de Isidro y me di cuenta que yo estaba llamado a hacer el bien a los demás. Eso cambió mi vida, en todos los aspectos”.

“Cuando quieres hacer el bien no dejan de surgir dificultades, pero es entonces cuando Dios se hace más presente en tu vida”, responde “El Core” cuando se le pregunta si ha sido fácil llevar adelante el proyecto.

Este año 2010 se tendrá la séptima edición de la Operación, en la que buscarán no sólo acrecentar los números de pollos repartidos (acompañados de un mensaje navideño) sino multiplicar sonrisas en la tierra: “No podemos detenernos. Hay mucho que hacer en el mundo; y si hay vida en el espacio, pues allá llegaremos algún día”.