Si la caridad fuera practicada
con generosidad en todas partes, ya no habría necesidad de leyes, de
tribunales, de castigos, de penas u otras medidas semejantes.
Si reinara un
amor recíproco entre todos, ninguno haría mal al otro, ya no existirían homicidios,
guerras, pleitos; los robos y la avaricia desaparecerían; ya no existiría algún
mal.
Lo que es admirable en la caridad es que nunca trae consecuencias
funestas.
La pobreza muchas veces puede estar unida al orgullo; la elocuencia
no siempre resiste a la fascinación de la vanidad; la humildad suscita algunas
veces en el corazón de quien la practica una complacencia no siempre ajena a la
vanagloria.
No así con la caridad. ¿Se puede alimentar un sentimiento de
superioridad en relación a quien se ama? Denme a alguien que de verdad ame a
los hombres con un amor universal; o más bien, tomemos si queréis, dos hombres
que se amen recíprocamente como se debe amar, y les podré decir cuál es la
fuerza de la caridad. El hombre que ama santamente tendrá el cielo sobre la
tierra, en todas partes gozará de una paz segura y se preparará a una gloriosa
recompensa. En verdad, sólo es grande quien posee la caridad. (San Juan
Crisóstomo)
María qué buena lección para ponerse a practicarla.
ResponderEliminar¿Sabes que a este santo le llamaban "Boca de Oro" por lo bien que hablaba?
Me ha gustado mucho, gracias.
Un beso y oración.
Buenos días María del Rayo. En efecto, muchas virtudes aparentes pueden esconder mucho egoísmo y amor propio, la caridad es el mejor conservante que evita que se adulteren las buenas cosas.Un abrazo.
ResponderEliminarPor desgracia, vivir así es tan poco usual y tan complicado, que necesitamos la ley humana, porque no estamos dispuestos ni a hacer el esfuerzo de cumplir con la divina, que es amar a Dios y al prógimos, con eso ya sería suficiente. Un abrazo
ResponderEliminarMuy interesante,muchas gracias!
ResponderEliminarCon la caridad tenemos las demás virtudes. El Reino de Dios en la tierra.
ResponderEliminarOjalá fuese así pero es difícil por eso se necesitan las leyes humanas, cada vez hay más egoísmo y más necesidad de estas leyes. La caridad es un amor desinteresado que pocas personas practican, las hay pero ser caritativo con todos, con los que queremos no queremos, se necesita tener un corazón muy grande. Gracias por tu reflexión. Un abrazo!
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